Este libro reúne investigación y reflexiones de distintos actores e instituciones vinculados a la educación católica en nuestro país. Ofrece un amplio cuadro de conceptos y evidencias acerca de la riqueza de una educación basada en la fe para el complejo mundo del siglo XXI.
Los dieciséis artículos presentes abordan temas como gestión para la mejora escolar, libertad religiosa, perfil de un educador católico, profesionalidad docente y el rol de los padres –entre otros–, y cubren tanto la etapa escolar como la educación superior. Esta obra contribuye a establecer el relevante aporte de la enseñanza cristiana y las instituciones católicas a la sociedad, y colabora notablemente a ampliar la mirada en el actual debate sobre educación.