Los seis relatos de este libro están escritos desde
un yo ficcional que, en vez de confesar, imagina y
reflexiona a partir de acontecimientos cotidianos.
Como ha dicho la autora: «quiero usar mi vida
para escribir un cuento, no escribir un cuento
para contar mi vida. Si uso mi yo es para
destruirlo, no para afirmarlo... Escribo en primera
persona para reírme de mí misma, de las cosas
que me pasan».