La Ética nicomaquea continúa siendo en nuestros días la última y más significativa expresión de la teoría moral griega. En los diez libros de esta obra, Aristóteles desarrolló, en su forma más madura, su particular visión de la ética. El filósofo considera a la felicidad como el fin supremo de la actividad del hombre, definido como animal político (entendida aquí la política con el significado de ética no individual). La felicidad dependerá entonces de la virtud, la amistad y la justicia -perfeccionada aquélla por el ejercicio del pensamiento filosófico-.