A mover los piecitos...
Esta vez, nuestra antiprincesa es la de la música alegre, la del baile liberador, y es, también, una cantante y compositora que supo lo que quera ser desde muy chiquita, aunque le costó realizar su sueño toda la vida. Fue maestra jardinera, profesora de educación física, madre joven y llega a las bailantas para cambiar la imagen de las mujeres que cantaban cumbia.
Pero la historia no terminó cuando murió. la gente le empieza pedir favorcitos y ella se los cumplía, como si fueran milagros, y así fue como se convirtió en una santa popular, de esas que ayudan al pueblo porque nacieron del pueblo mismo. Acercáte a escuchar su música y te contamos su historia, sin dejar de mover los piecitos.