En En Gente ansiosa
se dan cita todos los elementos del universo de Fredrik Backman,
habitado por personajes tan imperfectos como enternecedores, y teñido de
un sentido del humor inimitable, mezcla de ironía y compasión, que ha
cautivado a millones de lectores de todo el mundo.
Un
robo a un banco con toma de rehenes. Una escalera llena de policías a
punto de asaltar un apartamento. Llegar a esto fue sorprendentemente
fácil. Solo hizo falta una mala idea. Una idea mala de verdad.
Visitar
un apartamento en venta no es una situación de vida o muerte. A menos
que sea la víspera de Nochevieja, vivas en una pequeña ciudad en Suecia y
alguien haya tenido la peor idea de su vida y decidido atracar un banco
que no maneja efectivo. Entonces, sí lo es. Porque, cuando alguien es
así de idiota, es inevitable que no sepa cómo huir y termine en un
apartamento en venta tomando rehenes sin querer.
Pero
puedes confiar en la policía. A menos que los dos agentes encargados
del caso no se entiendan entre ellos y tengan cero experiencia con tomas
de rehenes. Entonces, no.
Aunque todo irá bien si
los rehenes mantienen la calma. A menos que sean los peores rehenes de
la historia: una millonaria suicida, una anciana encantadora, un
matrimonio de jubilados amantes de ikea, dos recién casadas que nunca se
ponen de acuerdo, una agente inmobiliaria excesivamente entusiasta y un
hombre disfrazado de conejo. Entonces, no, porque, cuando todos son
idiotas, es imposible mantener la calma. Sin embargo, policías y rehenes
están a punto de descubrir que quizá ser idiota no está tan mal y que, a
veces, la ansiedad puede ser la solución.