Manifestar no solo se trata de creer que merecemos algo y que lo conseguiremos pensándolo varias veces al día, sino también de adentrarse en un camino de crecimiento espiritual para que cambiemos las creencias limitantes que nos frenan día a día, nuestra posición de víctimas ante distintos eventos de la vida y, sobre todo, conocernos en todas las esferas de nuestra intimidad para así generar los cambios que deseemos. En un mundo donde predominan la inmediatez y la exigencia de la productividad, Nicol Sepúlveda nos invita a realizar cambios desde el crecimiento personal para manifestar nuestros deseos de manera consciente y realista a través de distintas técnicas de manifestación.