Las narraciones de La sangre y los cuchillos van del realismo más crudo al sinsentido y la embriaguez carnavalesca, y de la tragedia sin remedio a la reconstrucción de la comedia. Simón Soto
prueba con esta nueva entrega la calidad de su trabajo, uno de los más sólidos en la actualidad.
Si con Matadero Franklin (2018) logró traer al presente la violenta vida de principios y mediados del siglo XX al presente, en La sangre y los cuchillos Simón Soto amplía ese mundo hacia
el pasado y el futuro de la historia de los personajes y de Chile.
Así, gracias a los cinco relatos de este libro podemos conocer las circunstancias que precedieron
la llegada de Torcuato Cisternas a Santiago; el viaje del hijo del Lobo Mardones a una pelea de
boxeo en Buenos Aires; la amistad de Eduardo Marín con Mario Leiva, que los iguala en origen y los
separa en sus destinos, y la historia de Juan Diablo, un personaje poseído por el ansia de la sangre.