Tras décadas de padecimiento y miles de noches en vela tratando de inventar técnicas y tácticas para convocar el sueño; Marina Benjamin plantea un giro radical en el abordaje de su insomnio. En estas memorias; se instala en el corazón del desvelo y lo habita para atravesar su dimensión de patología y de falta. Mientras recorre la penumbra de habitaciones silenciosas; sus pensamientos repasan las camas en las que no durmió; las pruebas neurólogicas; las hierbas; los gurúes y los especialistas; la desesperación; la angustia; las lecturas de Proust; Lacan y Oliver Sacks.En esa errancia; y acompañada de Sherezade; Penélope y Virginia Wolf; Benjamin logra encontrarse con un estado de deseo; como si el insomnio también pudiera ser un acto de resistencia.