Imposible salir de la Tierra es un barrio que encaja muy naturalmente en la ciudad literaria de Alejandra Costamagna. Un barrio poblado por aprendices de esto y lo otro, gente sola, gente obsesiva, gente que se va a suicidar pero antes come y encuentra exquisito el puré del hospital, gente que camina sobre los cuchillos de una sensibilidad extrema que no halla un objeto a la altura de sus pesares. Costamagna es una oreja caminando por la calle, una perseguidora de frases, una fan de la minucia que huye de lo solemne y lo sentencioso. En ella el tono menor es una ética y los cuentos de este libro lo reflejan: sus historias arden sin un chirrido, sus diálogos son en yo natural y el silencio es una lámina que acordona la escritura.