La modernización del Estado no ha hecho eco en el Departamento de Extranjería y Migración -hoy Servicio Nacional de Migraciones. Cabe decir que las categorías de género se configuran bajo una lógica binaria -hombre y mujer-, no abriendo espacio a las diversas categorías sexuales hoy latentes. El binarismo imperante en los procesos de integración está presente en la actual política migratoria que, pese a que ha intentado modernizarse, deja de lado a las diversidades. Actualmente las personas de las disidencias son objeto de una generalización en sus procesos administrativos, olvidando sus derechos y el reconocimiento de personas LGTBIQA+. Estas experiencias llevan a que muchas veces las personas vuelvan a encerrarse “en el clóset” o experimentar aislamientos extremos.