Escrito al calor de las movilizaciones contra la violencia policial que estallaron en 2015 en Estados Unidos, y convertido rápidamente en referencia obligada dentro y fuera de los movimientos, este libro pone en perspectiva histórica el presente y señala los desafíos futuros de la lucha por la liberación negra. Si el éxito de #BlackLivesMatter consistió en poner en evidencia en las calles y en las redes el carácter falaz del mito de la sociedad posracial (que la llegada a la presidencia de Obama habría venido a consumar), y en señalar los modos en que el control policial, el encarcelamiento masivo, la presión tributaria y financiera y la segregación urbana perpetúan el racismo institucional.
Taylor profundiza el análisis iniciado por las luchas y traza los desafíos que este "destello de libertad" tiene por delante en la construcción de un movimiento. Con ese horizonte se remonta hasta el punto donde quedaron las luchas por los Derechos Civiles y las experiencias del Black Power para elaborar un análisis detallado de las estrategias de neutralización de aquellos movimientos, signadas por la represión directa durante los años sesenta y setenta pero también por la promoción de políticos negros a la representación política nacional y los gobiernos locales desde los años ochenta, que fue consolidando un discurso celebratorio del "daltonismo racial" que la eclosión del movimiento #BlackLivesMatter derrumbó.