Aunque parezca imposible, el doctor Quirke está felizmente casado con Evelyn, su querida psicóloga
austríaca, y pasando unas románticas vacaciones en San Sebastián. Lejos están los casos y las
investigaciones, hasta que cree reconocer en un hospital a April Latimer, la inolvidable amiga de Phoebe
a quien creíamos muerta al final de En busca de April.
Benjamin Black/John Banville se supera a sí mismo y, en una vuelta de tuerca genial, reúne en una
misma novela a sus dos grandes protagonistas: el forense Quirke y el inspector Strafford (de Pecado,
Premio RBA de Novela Negra).