Pessoa era una persona muy sociable, tanto que lo era hasta en la soledad, donde creó una comunidad literaria ficticia compuesta por él mismo más sus seudónimos y “heterónimos”, en lo que denominó “drama en gente”. En este drama poético Pessoa fue incluso capaz de inventar, increíblemente, al menos dos poetas tan grandes como él mismo –Alberto Caeiro y Álvaro de Campos–, acompañados de una media docena de autores importantes, además de cien y tantos otros mayores y menores. Aunque cultivó todos los géneros, él mismo, su época y la posteridad lo consideran principalmente un poeta. La presente selección de sus poemas entrega una muestra abundante de Alberto Caeiro, la puerta más ancha para la literatura de Pessoa; una muestra no menor del Álvaro de Campos maduro, a partir de su gran poema “Tabaquería”; una pequeña muestra de las odas de Ricardo Reis; y un grupo de poemas, particularmente personales, de Fernando Pessoa “él mismo”. “Piedra de toque del modernismo, nadie ha explorado las identidades alternativas con la mezcla de determinación y abandono con que Pessoa lo hace. En una época que celebra la fama, el éxito, la estupidez, la conveniencia y el ruido, he aquí el antídoto perfecto, un himno de alabanza a la opacidad, la derrota, la inteligencia, la dificultad y el silencio”. John Lanchester