A partir del relato de cuatro personajes, situados en diferentes momentos entre 1959 y 1984, y a la luz de un epígrafe demoledor, Hernán Ronsino construye una pieza austera y precisa sobre la traición, la prepotencia del poder y los límites morales, inmersa en un clima de impasibilidad e indolencia apenas resquebrajado por la culpa y el asesinato.