Un día Jesús, bajo la figura de un mendigo, necesitó albergue. Al pasar por la casa del rico, este lo vio demasiado humilde como para hospedarlo. En la choza de enfrente, en cambio, sus habitantes lo atendieron con generosa hospitalidad. Al día siguiente, Jesús recompensó a los pobres… con un milagro, y el rico, al enterarse, quiso lo mismo para él…