Dori es la más pequeña de su casa y, como cualquier hermana menor, lo que más desea es que sus hermanos jueguen con ella. Aunque hace todo por llamar su atención, ellos no la incluyen en sus juegos porque dicen que aún es una bebé. Pero Dori nunca se aburre, gracias a su gran imaginación y a su inagotable energía siempre tiene algo que hacer: engañar a los monstruos que viven en su casa, vengarse de la muñeca favorita de su hermana y escapar de los dientes afilados de la señora Crujilda Crocante, una roba bebés de 507 años.