En la bruma de la mañana se recorta la silueta de un terrible barco. Se dice que su tripulación está maldita, que su capitán robó un tesoro intocable y que ahora vagan en alta mar, sin poder tocar puerto. Historias como esta vuelan con la brisa del mar, entre canciones y bebidas, derrotas y victorias, espadas y arcabuces, ¿son verdades o mentiras? Ni lo uno ni lo otro, misterios del mar.