A sus 31 años, Linda tiene todo aquello que muchos sueñan y pocos logran conseguir: una vida perfecta. Un marido que la ama, unos hijos adorables, una exitosa carrera como periodista y una hermosa casa en Ginebra, Suiza. Sin embargo, no es feliz: una gran insatisfacción la corroe y se siente culpable por no ser capaz de disfrutar lo que tiene.
Hasta que, sin previo aviso, su vida se pinta de sombras. El periódico en el que trabaja le envía a entrevistar a Jacob König, un antiguo novio del instituto que ahora es un político de cierta relevancia, y este encuentro es suficiente para que ella se sienta capaz de dar rienda suelta a sus fantasías.
Aunque recupera la pasión por la vida que creía olvidada, también se siente de pronto atenazada entre la culpa y el placer. Y sólo en el descenso al fondo del pozo de las emociones humanas podrá encontrar su redención.