Armando Uribe abandonó la común vía introspectiva que, como señaló La Rochefoucauld, y refrendó el psicoanálisis, tiende apenas a hinchar la egolatría; exploró sus principales temas no en las opiniones de su alma, sino en lo que el poeta brasileño João Cabral llamó “investigación de la materialidad de las palabras”; procuró esas diversas afinidades y repulsiones inherentes al lenguaje; buscó, más que la expresión de un sentido, que sus poemas quedasen físicamente entrelazados. Su método fue una máquina obsesa y libertaria. Los poemas reunidos en “A despecho” constituyen una selección de textos inéditos por el hijo del poeta, Pedro Uribe E., a partir de cuadernos escritos entre 2008 y 2010.