En el mundo occidental, la década iniciada en 1920 ha pasado a asociarse con la locura, el desenfreno, el baile y el jazz. Sin embargo, su evaluación histórica entrega resultados más matizados. Aun cuando encontramos explosiones de creatividad en la música, el arte, la literatura y el pensamiento, la década, por otro lado, trató de dejar atrás los resultados de la Primera Guerra Mundial, sin lograrlo del todo. La tensión racial y étnica seguía formando parte del escenario mundial y las perspectivas de bienestar material se quebraron en mil pedazos, casi al finalizar el período. Es esta realidad dispar y contrastante —en la que lo luminoso se opone a lo oscuro y en la que las fuerzas de cambio son resistidas por las fuerzas de conservación— la que trata de reflejarse en esta publicación del Instituto de Humanidades de la Universidad del Desarrollo.