La aparición de este libro es oportuna y ocurre precisamente cuando las grandes preguntas históricas exigen respuestas objetivas, solidarias, lúcidas y orientadoras para no perderse en el caos de la desinformación que nos embarga; cuando urge entender
que el proceso constituyente que emanó del llamado “Acuerdo por la Paz”, del 15 de noviembre de 2019 fue, en su origen, tanto una herramienta desmovilizadora como la brecha abierta por la que podría - mas no pudofiltrarse la soberanía popular. Nos plantea Gabriel Salazar que los “expertos” y “sabios” que apuraron una Convención Constituyente ajustada al paladar parlamentario, son los mismos que, en paralelo, trataron de aislar, criticar y hasta ridiculizar el proceso constituyente; los mismos que, después del 4 de
septiembre de 2022 cantaron victoria al ver a su propia obra desplomada; y son también los mismos que celebran hoy su retorno como supuestos conductores del pueblo-ciudadano. Pero, con sólidos y documentados argumentos históricos, Salazar sostiene que la más que bicentenaria porfía constituyente del pueblo-ciudadano no estará disponible para un nuevo sainete constituyente: “hoy este pueblo cree más en sí mismo que en sus ‘representantes’ (o clase política), y más en sus asambleas locales que en el Estado ‘nacional’. La gran tarea del pueblo-ciudadano, desde hoy, es autoeducarse en la soberanía que le pertenece por derecho natural”.