Marichiweu –"¡Diez veces venceremos"!–: el grito de guerra mapuche estremece de nuevo a la sociedad chilena. Las protestas masivas de los mapuche han llegado a ser uno de los conflictos sociales determinantes a partir de fines de los años noventa. Pero esas protestas no se pueden considerar solo en el marco regional y nacional, pues no es de ninguna manera un fenómeno local, observable solamente en el contexto chileno. Más bien se puede reconocer en toda Latinoamérica un fortalecimiento de los movimientos indígenas durante los años noventa y una politización de la cuestión étnica.
La historia de la Conquista española, de la actual Latinoamérica, arroja muchas interrogantes. Una de ella es, sin duda, la aparente contradicción en que grandes imperios como el Tahuantinsuyo incaico o el Azteca pudieran ser conquistados con relativa facilidad, mientras pequeñas etnias o, como afirma Lázaro Ávila, "sociedades de cacicazgos", como los chichimecas, chiriguanos, jíbaros, reche-mapuche, entre otras, lograron ofrecer feroz resistencia. Surgen entonces dos preguntas adicionales: ¿cómo pudieron los reche-mapuche resistir a los españoles? y, ¿cuáles fueron los motivos de esta resistencia? Si rechazamos atribuciones esencialistas, como la naturaleza guerrera del mapuche, y atribuciones idealistas, como por ejemplo el amor a la libertad del "pueblo Araucano", es necesario dirigir la atención a dos aspectos fundamentales: la estructura social y el orden de representación, con especial consideración a la conceptualización de la guerra.